Con el objetivo de intentar colocar el Brasil en una condición de menor dependencia de productos y servicios importados y al mismo tiempo promover su competitividad y mayor inserción en el mercado global, en los últimos años el Gobierno Federal ha lanzado una serie de políticas públicas como elementos de incentivos a la innovación.
En el área de salud, por ejemplo, el gobierno defiende como política de innovación la creación de un “Complejo Industrial de la Salud”, con la convicción de que su poder de compra para atender las necesidades del Sistema Único de Salud (SUS) es un factor determinante en el éxito de esta política.
Entre las rutas o mecanismos para impulsar la construcción de este “Complejo Industrial de la Salud”, tenemos el “Proceso Productivo Básico” (PPB), que establece la preferencia de compra del gobierno de productos y servicios de origen nacional, aunque cuesten hasta 25 % más caros que los importados. En este caso, la empresa deberá acreditar su contenido nacional ante los Ministerios competentes.
Otro mecanismo importante es la Compensación Tecnológica (CT), en la que, la empresa ganadora de una licitación pública se compromete a instalar en Brasil, dentro de un plazo determinado, una unidad de producción tecnológica que el gobierno considere estratégica.
Inova Saúde es otro programa en el que el Gobierno puso a disposición recursos de hasta dos mil millones de reales en abril de 2012 para empresas que quieran invertir en investigación y desarrollo (I+D) de tecnologías sanitarias consideradas estratégicas para el SUS. Entre las áreas cubiertas por este programa se encuentran diagnóstico in vitro, cardiología, oncología, implantes ortopédicos, salud de la mujer, neurología y diabetes, con un total de R$ 600 millones.
Además, en septiembre de 2013, el gobierno creó EMPRAPII – Empresa Brasileña de Investigación e Innovación – cuyo objetivo es crear y coordinar una red de laboratorios que puedan apoyar a quienes se proponen innovar. Sólo en el área de salud, se pusieron a disposición 3,6 mil millones de reales para financiar este proceso.
Finalmente, está la “Política de Desarrollo Productivo” (PDP), mediante la cual una empresa nacional o extranjera decide transferir una determinada tecnología, elegida como estratégica por el gobierno, para un laboratorio público. En este caso, el gobierno se compromete a comprar dicha empresa, sin licitación pública, mientras dure dicha transferencia. Es la forma jurídica que encontró el gobierno para convertirse en poseedor de tecnologías consideradas estratégicas para el SUS.
En conclusión, es estratégico que las organizaciones se mantengan conectadas con los mecanismos de incentivo para la innovación, ya que las oportunidades se encuentran precisamente en la convergencia entre las necesidades destacadas por el Gobierno y las oportunidades para que las organizaciones colaboren en este proceso de transformación del entorno tecnológico actual del país. No sólo se aplica al área de la salud, sino a todas las demás.